La Sociedad del Imperio Inca era muy estricta, y no se podía por ningún concepto pasar de un sector social a otro. La cabeza de esta sociedad se componía de aquellos que tenían sangre real, o sea que estaban vinculados de forma consanguinea al Inca. Eran un grupo muy reducido, por lo que el inca Pachacuti hizo nobles a varios cuzqueños que se distinguieron por sus actos guerreros, creándose así lo que se llamó "incas de privilegio". Estos dos sectores dentro de la nobleza gozaban de similares ventajas; sus miembros se distinguían por llevar las orejas artificialmente deformadas, por lo que los españoles los llamaron orejones.
Cerca del Inca además estaba el sector sacerdotal, que era dirigida por un Villac-Uma, que solía ser un tío o hermano del Inca. Luego venían los guerreros y finalmente el pueblo, que trabajaba de la siguiente manera: los puric cultivaban su pedazo de tierra para poder mantener a la familia, junto con los demás trabajadores, en días y tiempo señalado, cultivaban las tierras del Sol y del Inca. Existía también el trabajo denominado mita, que consistía en servir anualmente y en forma personal al Estado, en los trabajos que este requiera, como el trabajo en las minas, o en la construcción de edificios y caminos, en servir como soldados, hacer de chasquis o mensajeros etc. Estas obligaciones de trabajo bajo la forma de mita eran valederas para los hombres entre los 25 y hasta los 50 años.
Los artesanos olleros, cubicamayos (tejedores) y otros, tenían un régimen especial, aunque generalmente vivían y trabajaban unicamente para el Inca y el Sol, en recintos cerrados.
En el Imperio incaico no había moneda ni impuestos ya que todo el pueblo debía entregar toda su producción al Estado según un sistema de retribución y esto relacionaba al Estado con el hombre del común. Las obligaciones recaían directamente sobre un sector social llamado puric, que eran todos los hombres adultos que tenían a su cargo la producción agrícola y el cuidado del ganado. Por debajo de los puric estaban los yanaconas que eran individuos reducidos a servidumbre, generalmente pertenecientes a pueblos rebeldes que fueron vencidos por los incas. Muchas veces se tomaban medidas de traslado de los pueblos conquistados de un lugar a otro, según las exigencias del Inca, esto se llamó los mitmas o mitimaes.
Tomado de: José de Mesa; Teresa Gisbert; Carlos D. Mesa Gisbert: "Historia de Bolivia".
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