"Los caminos de entrada y salida a Montevideo llegaban y partían de los dos únicos portones abiertos en sus murallas: el Viejo o de San Pedro, situado al extremo oeste de la calle homónima (25 de mayo y juncal), y el Nuevo o de San Juan, al extremo sur de la calle del mismo nombre (Ituzaingó y Brecha).
Del primero salía el camino principal de la ciudad que se bifurcaba a la altura de las actuales calles Uruguay y Río Branco: un ramal contorneaba la bahía hasta los pozos del Rey o Aguada de los Navíos, pasando por las inmediaciones de la fuente de Canarias y prosiguiendo hasta más allá del Miguelete; el otro ramal zigzagueaba en dirección sudeste (entre las actuales avenidas 18 de julio y calle San José) hasta el Cordón, donde empalmaba con el camino hacia Maldonado.
Del segundo Portón salía el camino "de la costa", que contorneaba la ribera sur de la ciudad, y pasando por el Camposanto (a la altura de las actuales calles Andes y Durazno), llegaba hasta los pozos de la Estanzuela (en las proximidades de la actual playa Ramírez)".
Los vecinos...
Sociedad colonial y proceso de colonización.
"Los que moran dentro de la ciudad pueden dividirse en tres clases: hacendados, comerciantes, y artesanos. De la primera apenas se encuentran 15 o 20 personas, y de ellas la mitad se halla sobre un considerable fondo de riqueza, abrazando entre sí con sus considerables estancias casi todo el término de Montevideo que se extiende en presentes a 70 y 80 leguas. Los comerciantes pueden asimismo considerarse bajo dos aspectos: los unos que hacen directamente el comercio con la península y son, por lo regular, apoderados de las casas fuertes de Cádiz; y los otros que trafican por menor en tiendas y pulperías, de unas y otras esta llena la ciudad. No hay casa donde no se venda algo, causando no pequeña admiración que puedan subsistir en país tan caro y de tan corto número de habitantes. Los artesanos son, por lo común, de la tropa o marinería de los navíos, y por consiguiente transeúntes y de poca habilidad. Con todo se hacen pagar exhorbitadamente sus obras". Diego de Alvear, 1784.
Tres fueron los factores determinantes o condicionantes en el proceso de formación de las clases sociales en los orígenes de Montevideo: la sangre, la autoridad, y la riqueza, que pudieron combinarse entre sí.
La distinción entre españoles europeos o peninsulares, y españoles americanos o "criollos", no fue tan marcada ni tampoco peyorativa para estos últimos como en otras regiones de Hispano-América; lo fue en cambio, por parte de los blancos, -europeos y criollos-, respecto de los indios, mulatos, zambos y otros cruces étnicos, sin ubicación en la sociedad colonial, y respecto de los negros esclavos o libertos.
Tampoco hubo en el suelo uruguayo durante la época colonial una población indígena sometida por un grupo de europeos "conquistadores". La conquista militar de dicho territorio, intentada por los Adelantados del Río de la Plata (1536-1591), fracasó por completo; las tribus aborígenes -poco numerosas, nómadas y sin organización alguna-, no fueron sin embargo sometidas -salvo pequeños grupos- sino más bien repelidas y contenidas por los "colonos" fuera de los límites jurisdiccionales de sus pueblos villas y ciudades, al margen de la sociedad colonial, donde se extinguieron paulatinamente en esporádicos encuentros con las milicias vecinales, o por obra de enfermedades congénitas o epidémicas.
Hubo, en cambio, un lento y gradual proceso de "colonización", más o menos pacífica, que fue desarrollándose en puntos claves, por su valor estratégico, del territorio de la "banda oriental" del Uruguay; uno de ellos fue precisamente, la península de Montevideo.
Por lo demás, el poblamiento de dicho territorio comenzó cuando ya vivía en estas regiones platenses la cuarta o quinta generación de descendientes de los primeros españoles europeos; de modo que aquél se hizo en su mayor parte con indianos nativos o "criollos" de los territorios vecinos, como ser Buenos Aires, Santa Fé, Paraguay; en algunos casos, como para Montevideo, el grupo fundador hispano-criollo vióse prontamente acrecido con colonos expresamente traídos de otros territorios españoles de ultramar: canarios primero, luego gallegos, asturianos y vascos.
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