Ahora bien, aquí como siempre es la desviación de la estricta verdad visual, la simplificación que acompaña a la destilación de múltiples observaciones en un esquema útil, lo que tiene que suscitar el interés del historiador. Aquí tenemos un lenguaje visual que se extendió en viarios dialectos por medio mundo y que perduró más de dos mil años. Es tentador especular sobre quién originó o consolidó este longevo y poderoso idioma visual, el lenguaje de la luz y del lustre. Mi candidato para este papel no es otro que el más famoso de todos los pintores, el pintor Apeles, que vivió en la época de Alejandro Magno, al final del siglo IV a.C."
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